miércoles, 30 de marzo de 2011

Capítulo 9 | Mi VAIO y yo

Hace aproximadamente 1 año 3 meses mi laptop HP se descompuso y tuve que comprar una nueva. La anterior había fallado del ventilador, se calentaba mucho hasta que inclusive quemaba y esto no lo pudo soportar la computadora. La mandé a Estados Unidos para repararla, pero los de la mensajería la trataron como poco frágil y el display se estrelló. Ya no tenía caso que la repararan del ventilador  sin costo, si pagar la pantalla costaba lo mismo que comprar una laptop nueva. Así que mi papá decidió que me compraría una nueva. Yo tenía la oportunidad de escoger mi laptop, así que comencé a buscar información en internet entre tiendas como Best Buy, Sam's, Liverpool y otros proveedores pequeños; también visité blogs donde comentaban sobre la experiencia con sus laptops.
Fue así como concluí que quería una VAIO, mis razones fueron:
Mi laptop era marca HP y el ventilador había salido defectuoso (investigué en internet y no era la única computadora de esa marca, y de modelos similares, que le había pasado eso); por lo que busqué una marca que tuviera mejor calidad y renombre, esa era la marca VAIO de SONY.
En ese momento estaba de moda el modelo de VAIO VGN-SC140F con Procesador Intel Pentium Dual Core T3200, DD 250GB, memoria RAM de 3GB y pantalla de 14.1". Había de varios colores: negro, rosa, azul y blanco. Yo quería la blanca.

Le comenté a mi papá mi decisión final. Él me estuvo acompañando en todo este proceso de búsqueda, porque le gusta mucho estar investigando sobre tecnología. Mi papá insistió que una VAIO no era una buena opción; él tiene una Gateway y quería que yo también me convenciera por una, porque aguantaban el "uso rudo". Otra razón por la que yo quería una VAIO, a parte de la que mencioné arriba, es porque la mayoría tenía laptops de esa marca, y yo quería tener una como ellos. Mi papá no dijo más, así que aceptó mi decisión.

Lo único que faltaba era buscar en qué lugar convenía comprar la computadora. Estábamos en los primeros días de diciembre, días en los que comunmente hay ofertas en todas las tiendas, así que buscamos información en Sam's, Liverpool, Office Depot y Walmart. El lugar de compra que decidimos fue Liverpool, porque aunque la computadora saliera al mismo precio que en otros lados, es decir, $15,000.00 pesos, nos daban el 20% en monedero electrónico al comprarlo en la venta nocturna, lo cual le servía a mi mamá para hacer sus compras de regalos navideños.

Ahorita llevo poco más de un año con mi VAIO y las teclas están despintándose desde el 3er mes de que la compré, y este problema va avanzando con el tiempo.
Tiene un par de golpes en los filos de la pantalla porque una vez se me calló mi cargador y la despostilló; y hace 3 meses (justo después de que se terminara la garantía), comenzó a hacer ruidos el ventilador cada vez que se prende, suena como si fuera un auto de carreras en el momento del arranque ¡Me da mucha pena! 


domingo, 27 de marzo de 2011

La persona que más admiro...

Francisco Javier Ortiz García nació en 1934 en México DF, conoció a mi abuelita cuando ella decidió mudarse con su mamá a uno de los cuartos que los Ortiz rentaban. Se enamoró de ella, inclusive su familia la quería mucho, y decidieron casarse después de 2 años de ser novios. Se casaron en 1958, y al año tuvieron a su primer hijo, varón; en 1961 tuvieron su segundo hijo y también fue varón; después de él tuvieron 4 hijas, la primera nace en 1962, la siguiente en 1964, la tercera nace en1965 y la última nace en mayo de 1970. En marzo de 1973, él es internado de urgencia por un dolor muy fuerte en el vientre, le diagnostican que es necesario que le quiten la vesícula. Una semana después de operarlo, lo dieron de alta por una aparente mejoría, pero al llegar a su casa comenzó a sufrir de temperaturas muy altas. Después de una semana muere, el 06 de abril de 1973.
Sus hijos lo recuerdan con mucha añoranza, lo describen como una persona muy luchona, trabajadora, feliz, amante del futbol, de pasar fines de semana con su familia, de compartir  de todo lo que tenía, de no ser envidioso, aunque sí era una persona orgullosa. Trabajaba en Grupo ICA en la Ciudad de México, se encarga de supervisar obras. El año anterior a que falleciera, había decidido separarse y formar su propia constructora con su finiquito, lamentablemente esto no le fue posible, su sueño se vio interrumpido. Al morir, su familia sufrió de muchas carencias, no gozó de ningún lujo y mi abuelita, junto con su hijo mayor, se dedicaron a sacar adelante a la familia. A pesar de las adversidades, fue una familia que nunca se separó, siempre estuvo junta. Mi abuelita les decía: "Podremos no tener para comer, pero nunca estaremos separados."

Hace poco tiempo yo descubrí que mi objetivo de vida era trascender en el mundo, dejar huella por donde pase. Me ha costado trabajo asimilar mi objetivo, pero sé que es para mi.
Mi abuelito es la persona que más admiro, porque a pesar de que murió hace 38 años, su amor y su legado siguen vivos. Él, al morir, le dijo a mi abuelita que ella se encargaría de mantener unida a la familia. Mi abuelita, hace poco, le dijo a mi mamá que si ella moría, mi mamá se encargaría de mantener unida a la familia. Cuando yo me enteré de esto, concluí que mi abuelito había trascendido; a pesar de no ser un líder político, un líder de masas, un dueño de una compañía grande, él había decidido trascender dejando a su legado un compromiso de sangre, un compromiso de amor. Es por esto que yo quiero que el mundo sepa por otros que yo estuve aquí, quiero dejar ese legado de amor que el dejó a su familia, quiero ser como él.


Capítulo 8 - Cambio de actitudes y comunicaciones interactivas | Gandhi y yo

Gandhi utiliza medios tradicionales de publicidad masiva para posicionarse en la mente de los consumidores. Me gustan mucho las frases que usa, donde pone en evidencia a todos los que no tienen una buena ortografía al escribir o al hablar, a parte de que son humorísticas.
Sus anuncios son claros, transmiten el mensaje de que leas para ser más culto; sin forzarte, te hace desearlo, desear estar en su librería y exprimir todas las palabras de cada libro.
Cuando voy a esta librería me gusta ponerme a ver los títulos de los libros de las mesas que tienen en la entrada, muchos de ellos me intrigan, pero suelo ir por un libro en específico. Hubo una ocasión que fui por un libro de Paulo Cohelo para regalárselo al hermano mayor de mi novio. Este autor me gusta mucho y cuando me mostraron todos los títulos que tenían de él, leí la parte de atrás de todos los libros que no había leído y todos me fascinaron; hacía tiempo que no compraba libros de él. Al final de cuentas, no pude decidir qué libro comprarle y cuál comprarme a mi, así que compré cuatro libros de Paulo Cohelo.
No me arrepiento de haberlo hecho, pero todavía no leo ninguno de los 3 que eran para mi.

El tipo de  personas que trabajan en Gandhi me intrigan, y parecen ser personas introvertidas, pero amables; sencillas, pero que tienen mucho conocimiento cultural. A veces me recomiendan libros, pero no me hostigan estando atrás de mi mientras me paseo por la tienda; me gusta disfrutar de este lugar tan "intelectual". A parte del plus que ofrece esta librería: si no tienen el libro que busco, lo puedo pedir y lo consiguen; sólo pago el extra de gastos de envío.
Por todo esto me gusta Gandhi, inclusive la prefiero sobre Gonvill.

Foto de los libros que compré en Gandhi la vez que platico:



Capítulo 7 - Actitudes | Mi ropa y yo

Como mencioné en blogs anteriores, mi ropa generalmente es de Liverpool, pero cuando vivía en Estados Unidos, en un principio me vestía como yo era en México, pero me fui dando cuenta de que la gente de mi edad no vestía así, sino más relajado y menos formal, así que comencé a comprarme playeras polo, pants, camisitas y zapatos ropa de Aeropostale, American Eagle Outfitters  y Old Navy. Me gustaba mucho estar cómoda, pero la realidad es que dejé de preocuparme por mi apariencia al vestir así. Me resultó muy cómodo porque a la niña que yo cuidaba no le gustaba salir de casa, mas bien le gustaba disfrutar la alberca y a su perro, así que yo no me arreglaba, pero yo veía como mi host mom se vestía muy formal o al menos se ponía unos jeans y una camisa linda para estar trabajando en su oficina.
Pensaba en cuando me llegaría a vestir así cuando trabajara, pero estaba segura que ese no era el momento.
Cuando regresé a México, seguí vistiéndome como en Estados Unidos y oh! Sorpresa! La gente de mi edad aquí vestía mucho mas linda que yo! Llegué arrepentida de cómo no se me había ocurrido comprar ropa linda antes de regresar para tener un guardarropa actualizado aquí. Toda mi ropa eran playeras y pants que usaba con flats de Old Navy.
Después de un corto tiempo de haber regresado entré a la Universidad, y me percaté de que la ropa que usaban mis compañeras era de esas marcas, pero la combinaban con jeans y un sweater o una bolsa bonitas, a parte de maquillarse, y se veían lindas. Así que opté por re-combinar mis outfitts y aprovechando la ropa que tenía. Todo funcionó a la perfección!


Capítulo 6 - Personalidad y estilos de vida | Starbucks y yo

Yo conocí Starbucks hace relativamente poco tiempo, alrededor de 5 años, cuando llegué a Estados Unidos a trabajar de niñera. Yo sabía prácticamente nada de la cultura estadounidense en ese entonces,  comencé a observar como, en los días hábiles, los cafés de Starbucks se llenaban a las 8am con gente vestida de traje, que aparentaban trabajar en una oficina; se formaban en la caja, no demoraban nada en escoger lo que querían, lo decían rápidamente a la cajera, ella les preguntaba su nombre, de algunos ya se los sabía, lo escribía en el vaso e informaba a sus compañeros la orden y cobraba. Rápidamente salía su café preparado a su gusto; luego cada uno le ponía azúcar y generalmente, tomaban un palito de madera para revolverlo, y se iban rápidamente.
Yo solía ir poco a Starbucks a esta hora, pero cuando iba siempre me topaba con la misma situación, después, al ver películas, me percaté de que así era la cultura americana; inclusive mi host mom, cuando asistía a juntas o meetings, pasaba por su café antes de ir a la oficina, porque ella trabajaba en casa, así que sólo iba a Starbucks esporádicamente.
Al poco tiempo de regresar de Estados Unidos, abren en León las 3 tiendas de Starbucks al norte de la ciudad, así que por traerme buenos recuerdos, decido ir, pero ahora no voy a las 8am, sino a las 8pm con mis amigas a "echar un coffee" y una platicadita.
Hace poco más de un año, mi papá fue extorsionado telefónicamente; por el susto que se llevó y por haberle depositado a los que llamaban, decidieron que nos mudaríamos de casa y de oficina, porque fue localizado en ambos lados. En la oficina trabajaban 4 personas más en ese entonces, y por la extorsión tuvimos que decirles que no irían más a la oficina, y ahora trabajarían en Starbucks temporalmente. Durante 1 mes aproximadamente estuvieron yendo al café por las mañanas, de 8 a 2pm y de 4 a 7pm, acabaron alucinando el olor a café de la oficina, la inseguridad de la red inalámbrica de internet, y la incomodidad de trabajar en un lugar público, donde se escuchaban los gritos de los niños pequeños que iban con sus mamás a la reunión de las señoras, o las conversaciones de otros.
Aún siendo el mismo café que yo conocí en Estados Unidos donde va gente que trabaja, Starbucks no es lo mismo en México que allá, aquí la gente va porque se quiere relajar y distraer; allá la gente va por su café de siempre para empezar bien el día. Creo que ambas cosas nunca podrán ser mezcladas en el mismo café.

Capítulo 5 - El yo | Jordi Labanda y yo

Jordi Labanda es un diseñador famoso de Barcelona, España que se ha caracterizado por sus dibujos que critican a la sociedad de clase alta de una manera cómica, pone en evidencia su forma de vida en  coloridos dibujos, con trazos sencillos y elegantes que parecen fotos dibujadas que logran mostrar una ironía espectacular.
Yo conocí de Jordi Labanda hace aproximadamente 7 años, cuando hice una obra de teatro y me pidieron que caracterizara mi personaje como si fuera un dibujo de Jordi Labanda, así que me prestaron su libro "HEY DAY" para que me diera una idea. Desde ese momento me encantaron sus diseños y me hice su fan.
Hay veces en las que yo trato de visualizarme como uno de sus diseños, generalmente dibuja mujeres jóvenes que no pasan de 30 años, delgadas, con poco busto y pocos glúteos, altas, de brazos y piernas largas, estómago plano, tez de piel uniforme, cara perfectamente asimétrica, a la moda, con ropa ligera, tacones, lentes de sol, pestañas largas y oscuras; se perciben como mujeres felices, relajadas y elegantes, que gozan de una posición social alta, viajan y llevan una vida de placer y goce. Este sería mi yo ideal, ser como uno de sus dibujos.
Mi yo real es casi todo lo contrario, a excepción de lo alta con piernas y brazos largos, y el uso de los lentes de sol. Me percibo a mi misma como una mujer con clase, no por la ropa, sino por los modales y los hábitos, la forma de hablar y de expresarme corporalmente.
 Cuando visto formal por motivos de trabajo trato de aparentar mi fascinación por lucirme y hacerme notar. Creo sumamente importante que la forma de caminar y la expresión corporal dice mucho de quien eres, aunque por mi altura no me gusta usar tacones, opto por usar zapatillas que hagan ver mis pies delicados y bonitos, muy femeninos, y al caminar trato de no recargar todo mi peso en los talones y estar derecha, para hacerme ver linda y proyectar lo que los demás quiero que vean de mi.
La foto es un dibujo de Jordi Labanda. No es mi favorito, pero me gusta pensar que es un dibujo mío dentro de la colección de Jordi Labanda.

Capítulo 4 - Motivación y Valores | Liverpool y yo

Liverpool es una tienda que me gusta mucho. Mi mamá nos ha inculcado comprar ahí generalmente ropa, zapatos, joyería, muebles, computadoras, televisiones, cosas de cocina,  blancos, decoración y regalos, sobretodo cuando hay mesas de regalos de bebés y de recién casados.
Me parece muy cómodo comprar en Liverpool, porque es una tienda que te garantiza que el producto que compres es de calidad, de una marca de prestigio y durable; al momento de pagar también hay beneficios como pasar la tarjeta de crédito, o comprar con promociones de 6 o 12 meses sin intereses, o que te abonen el 20% de la compra a tu monedero electrónico, o que pagues un poco más extra por obtener un regalo; también, si compras algo de la mesa de regalos, no es necesario que tu lo hagas llegar a los novios, ellos se lo hacen llegar; o si compras cualquier otra cosa y es para regalar, puedes pedir en el área de Regalos que te envuelvan lo que compraste.
Mi mamá confía en Liverpool también, porque si algo no era lo que ella esperaba, tiene la facilidad de ir a cambiarlo dentro de los 30 días posteriores a la compra.
Para ella es muy fácil comprar aquí por todos estos beneficios, y porque ella tiene un ingreso que le permite comprar aquí lo que quiera, pero cuando yo voy a comprar algo, me fijo en el precio. No me gusta hacer esto, pero soy una persona independiente económicamente de mis papás, todo lo que sea para mi y para mi entorno personal me gusta comprármelo yo, sólo en muy esporádicas ocasiones les pido dinero.
Ha habido ocasiones en las que me voy a comprar ropa o zapatos, que es lo que yo compro generalmente en Liverpool, pero trato de no pasarme de mi presupuesto, sin embargo me suele alcanzar sólo para una prenda o a veces no me alcanza para la que me gusta y tengo que escoger algo diferente. Después de pagar, me suele entrar un remordimiento de conciencia por haber gastado tanto en una prenda (cuando no están de oferta), que mentalmente posiciono la prenda que recién compre dentro de una de las mejores que tengo en mi guardarropa y trato de cuidarla, de no mancharla, de lavarla con cuidado, de no rasgarla, porque me ha costado mucho comprármela.
En cambio, si voy en temporada de ofertas, como en enero las Rebajas, me gusta que mi dinero me rinda para comprarme varias cosas, y cuando salgo de la tienda con mi bolsa de Liverpool voy feliz, llego a mi casa a ver lo que he comprado y disfruto de la sensación de que yo me pude pagar mi ropa que me gusta, que no tuve que dejarla porque no me alcanzaba para pagarla.

Capítulo 3 - Aprendizaje y Memoria | Café Andatti del OXXO y yo

Hace 10 años me mudé de Guadalajara, allá se quedó toda la familia de mi mamá, con la que crecí y conviví durante toda mi infancia. Fue muy doloroso separarnos de ellos, nuestra vida como familia dio un giro de 180°. Mis papás procuraron que cada mes los visitáramos, para no alejarnos ni dejar olvidada la excelente relación familiar que teníamos.
La ida a Guadalajara el primer sábado de cada mes era lo más emocionante, la sensación de que estaba a pocas horas de ver a todos mis primos y pasar un fin de semana increíble me llenaba la mente y el corazón ¡Yo iba feliz en la carretera!. Los domingos, el regreso era devastador, mi hermana, mi mamá y yo llorábamos, y mi papá sólo nos consolaba, pero estoy segura que a él también le dolía. Recuerdo perfecto cómo los domingos a media tarde nos reuníamos toda la familia a comer carnitas o barbacoa o tacos, algo que fuera fácil de preparar o que sólo se tuviera que comprar. Al terminar de comer mi abuelita siempre tomaba un café junto con sus hijos. A ella le gustaba mucho el café americano Andatti, así que mandaba algunos de sus nietos al Oxxo por 7 cafés, uno para ella y uno para cada uno de sus 5 hijos que viven en Guadalajara. Y no podía faltar el acompañamiento del café, así que pedían Gansitos y Pingüinos Marinela entre todos.
Yo sabía que después de que se tomarán el café nos iríamos, pero trataba de no pensar en eso y aprovechar a mis primos. Tengo grabada la imagen de ellos tomando su café en la mesa larga de la casa de mi tía, con los pingüinos y gansitos saliendo de una bolsa del Oxxo; mientras yo los veo desde las escaleras, iluminados por la tenue luz del atardecer que llega desde los ventanales que hay en su sala.
Desde esas frecuentes idas a Guadalajara, cada vez que viene mi abuelita de visita, al terminar de comer juntos, vamos al Oxxo a traer café y pan para hacer la sobre-mesa. Sabemos que mi abuelita nos pedirá "un café chico del Oxxo con dos de Andatti".

Capítulo 2 - Percepción | Victoria's Secret y yo


Victoria's secret es una marca de lencería y artículos de belleza dirigidos a mujeres que les gusta sentirse atractivas, a la moda y siempre estar lindas.
Personalmente, me gusta VS por sus brassieres que son cómodos, muy lindos y suaves en el material que están hechos. Desde que yo descubrí  lo que un push-up podía hacer por cómo te ves ¡me encantó la idea! Desde ese entonces mis brassieres favoritos son mis VS push-up.
Además de la lencería, uno de mis perfumes es de Victoria's Secret, se llama Dream Angels Heavenly. Me gusta mucho su empaque, es un cilindro morado con destellos dorados, el frasco del perfume es curvo y su olor es dulce con un toque de frescura, y se impregna en mi durante todo el día. Me fascina este perfume principalmente por lo último mencionado, sólo con un refresh a medio día es suficiente para que su olor se vuelva a activar y yo huela rico; pero no sólo yo lo percibo, la gente que me saluda los días que uso este perfume me ha dicho que huelo rico, y esto me hace sentir bien. Soy una persona que le gusta ser adulada y recordada por las personas con las que convive.
De Victoria's Secret también tengo ropa de la marca "Pink University". Entiendo que esta marca se enfoca a jóvenes universitarias: chicas lindas que forman parte de una fraternidad. Para ser honesta, yo no voy muy de acuerdo con la idea de las fraternidades, pero cuando uso mi sudadera de Pink University me gusta pensar que soy una alumna de Havard Business College estudiosa, relajada y amigable.

Siempre que uso algo de Victoria's Secret me siento sexy, linda, bella, a parte de una sensación de comodidad y confianza que me ayuda a proyectar seguridad.