Yo conocí Starbucks hace relativamente poco tiempo, alrededor de 5 años, cuando llegué a Estados Unidos a trabajar de niñera. Yo sabía prácticamente nada de la cultura estadounidense en ese entonces, comencé a observar como, en los días hábiles, los cafés de Starbucks se llenaban a las 8am con gente vestida de traje, que aparentaban trabajar en una oficina; se formaban en la caja, no demoraban nada en escoger lo que querían, lo decían rápidamente a la cajera, ella les preguntaba su nombre, de algunos ya se los sabía, lo escribía en el vaso e informaba a sus compañeros la orden y cobraba. Rápidamente salía su café preparado a su gusto; luego cada uno le ponía azúcar y generalmente, tomaban un palito de madera para revolverlo, y se iban rápidamente.
Yo solía ir poco a Starbucks a esta hora, pero cuando iba siempre me topaba con la misma situación, después, al ver películas, me percaté de que así era la cultura americana; inclusive mi host mom, cuando asistía a juntas o meetings, pasaba por su café antes de ir a la oficina, porque ella trabajaba en casa, así que sólo iba a Starbucks esporádicamente.
Al poco tiempo de regresar de Estados Unidos, abren en León las 3 tiendas de Starbucks al norte de la ciudad, así que por traerme buenos recuerdos, decido ir, pero ahora no voy a las 8am, sino a las 8pm con mis amigas a "echar un coffee" y una platicadita.
Hace poco más de un año, mi papá fue extorsionado telefónicamente; por el susto que se llevó y por haberle depositado a los que llamaban, decidieron que nos mudaríamos de casa y de oficina, porque fue localizado en ambos lados. En la oficina trabajaban 4 personas más en ese entonces, y por la extorsión tuvimos que decirles que no irían más a la oficina, y ahora trabajarían en Starbucks temporalmente. Durante 1 mes aproximadamente estuvieron yendo al café por las mañanas, de 8 a 2pm y de 4 a 7pm, acabaron alucinando el olor a café de la oficina, la inseguridad de la red inalámbrica de internet, y la incomodidad de trabajar en un lugar público, donde se escuchaban los gritos de los niños pequeños que iban con sus mamás a la reunión de las señoras, o las conversaciones de otros.
Aún siendo el mismo café que yo conocí en Estados Unidos donde va gente que trabaja, Starbucks no es lo mismo en México que allá, aquí la gente va porque se quiere relajar y distraer; allá la gente va por su café de siempre para empezar bien el día. Creo que ambas cosas nunca podrán ser mezcladas en el mismo café.
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