En Semana Santa estuve de misiones en San Luis de la Paz, la comunidad que nos recibió fue ExHacienda de Jesús, donde hay aproximadamente 200 personas entre niños, jóvenes y adultos.
Durante esta semana, tuve la oportunidad de observar cómo esta comunidad vive de forma totalmente distinta a mi: sus casas están construidas por partes, en un lado están los cuartos, en otro lado esta la cocina y el comedor, no suelen tener sala, pero tienen un patio con macetas, tendederos o es la entrada al terreno. Algunos tienen un lugar para estacionar su camioneta, pero no suele ser un lugar especial, simplemente es amplio.
Sus desayunos, comidas y cenas suelen ser muy parecidos: frijoles, arroz rojo y nopales, acompañados de tortillas recién hechas.
Los jóvenes de ahí son muy diferentes a nosotros en cuanto a su forma de vestir, sus expresiones, sus gustos; pero son iguales a nosotros porque también forman grupitos, buscan novia o novio dentro de sus grupitos, se divierten en conciertos o toquines, en bailes, jugando basketball en la cancha de la comunidad, y se juntan por las noches a platicar, a veces hasta la madrugada; van a la escuela y les gusta aspirar por un futuro mejor al que vivieron sus padres.
Allá, la meta a alcanzar de la mayoría de los jóvenes es que cuando cumplan 15 o 16 años, se irán al otro lado a trabajar para juntar dinero y construir sus casas en la comunidad, amueblarla con camas, roperos, estéreos grandes y potentes y televisiones grandes; mandarán dinero para la fiesta del pueblo, y también juntarán otro tanto para regresarse buscar esposa aquí o ya directamente a casarse, y volverse a ir a trabajar para mantener a la familia. Para este entonces tendrán alrededor de 21 años de edad. Si tienen suerte volverán una o dos veces al año sin que la migra los haga presos por un tiempo, hasta que algo pase en sus vidas y los haga decidir quedarse en el otro lado o regresarse a su comunidad a ganar $10 pesos al día y sobrevivir pobremente.
Esta es la realidad que vive la comunidad, pero no son personas infelices, al contrario, al ser tan común la migración, es algo que ya aceptan como una realidad y no como un problema; inclusive necesitan que haya gente de la comunidad en el norte, para que mande dinero para hacer la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús el 2 de julio, en la cual necesitan al menos $3,000 usd para llevarla a cabo. Si solamente se juntara dinero de la misma comunidad, no llegarían ni a la mitad de lo que mandan los mojados.
Es así como viven en ExHacienda, y estoy segura que hay miles de comunidades en la misma situación, son gente que tiene hábitos diferentes a los de la ciudad o las mismas cabeceras municipales, y que por esto se caracterizan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario